el ultimo jalón

Ahora si parece que la voy librando de la uni que esta super pesado casi me vuelvo loco pero después de la entrega parcial de las calificaciones de la materia de economia cual va siendo mi sopresa que Alberto, Yasmina y yo somos las calificaciones mas altas, 97, 99 y 99 respectivamente pero a polo y a al buen fer les estan dando una sarandeada, solo 4 tareas mas por todo y estamos libres, me vale eso si no voy a a hacer cursos de verano porque ya ando en las ultimas y necesito descansar ademas que entre mas vanza las materias se van poniendo de la fregada.
Dando un giro radical me puse a refleccionar el contenido una canción de Richard Aschroft, y y la veerdad creo que en su alucine tiene razón creo que todo muno la conoce es la canción the the Bittersweet Simphony del album de Urban Hymns, el cual es muy bueno por cierto, creo el mejor que saco The Verve. Lo digo porque he tenido buenas noticias, he estado feliz, he tenido mas trabajo que nunca y la escuela se complica; asi pues mi vida sigue girando mientras en el universo y sigo siendo bombardeado por noticias escandalosas.
Por cierto fui invitado a escuchar una conferencias (que resultaron mas discursos que conferencias y de todos los conferencistas no se hizo uno, bueno solo uno fue bueno y fue prudente y acertivo. El tratado fue el incremento del precio del maíz y en como se va a usar ahora para el condenado etanol; bueno pos de toda la bola hubo un perfecto idiota, pedejo conferencista que dijo semejante barbarie "El maíz y la tierra son mas importantes que el agua" Se los aseguro que cais vomite y me puse verde; claro que les hice llegar mis comentarios pero no enfrente de todos, sino mas bien en la comida posterior a las conferencias si les hice el comentariodel agua, al igula que toene que aprender a fijar precio en futuros y con derivados financieros, ademas que poco o nada tomaron en cuenta el desarrollo sustentable y cuando lo puse en discusion patinaron un poco, bueno sin mas los dejo con una de mis rolas favoritas y en que la vida se convierte en una sinfonia agridulce.